12 de julio de 2007

¿Hacia dónde va la protección de los derechos de las personas?



"Atención. ¡Vuestra atención, por favor! En este momento nos llega un notirrelámpago del frente malabar. Nuestras fuerzas han logrado una gloriosa victoria en el sur de la India. Estoy autorizado para decir que la batalla a que me refiero puede aproximarnos bastante al final de la guerra. He aquí el texto del notirrelámpago..."

Malas noticias, pensó Winston. Ahora seguirá la descripción, con un repugnante realismo, del aniquilamiento de todo un ejército eurásico, con fantásticas cifras de muertos y prisioneros... para decirnos luego que, desde la semana próxima, reducirán la ración de chocolate a veinte gramos en
vez de los treinta de ahora.
1984, George Orwell

Leyendo noticias de Monterrey y México me parece preocupante la dinámica de persecución gubernamental hacia la ciudadanía, todo, en aras de 'mejorar la seguridad' y 'proteger a la gente de amenazas del crimen'.

Toques de queda, exámenes antidoping, persecuciones judiciales por parte del éjercito, todas son acciones que además de vulnerar derechos básicos de la Constitución, hacen que México incumpla las diversas convenciones sobre Derechos Humanos y Derechos de las Niñas y los Niños.

La seguridad entendida en su concepto positivo es la creación de condiciones estables e incondicionales (no dependa de quién la pueda pagar, quien haga o deje de hacer algo para tenerla) para el libre desarrollo de las capacidades de las personas, del ser humano.

Si entendemos la seguridad como una simple persecución de personas o colectivos que atendan contra las normas, estamos limitando enormemente la definción y las consecuencias de esas acciones afectarían la dignidad y el desarrollo de la ciudadanía, a quién se supone que van dirigidos los esfuerzos de seguridad.

Ya desde hace algunos años de lo que se habla es de seguridad humana. Que para muchos autores también incluye la protección contra los abusos de la acción de los Estados.

Hoy por ejemplo, salía una noticia en europapress sobre las cámaras de videovigilancia que se han instalado en muchos lugares públicos de los países europeos. El Consejo de Europa, determina que la instalación de estas cámaras amenaza los derechos fundamentales de respeto de la vida privada y libertad de movimientos y recomienda una serie de medidas para el buen uso de estas 'herramientas de seguridad'.

Veremos hasta donde permitimos que las acciones de supuesta 'seguridad' nos limitan nuestro propio margen de maniobra, nuestro espacio para realizarnos libre y plenamente.

5 comentarios:

a dijo...

no pudiste encontrar mejor cita, mayano... hace tiempo que vengo pensando esto del rollo orwelliano y me asusta un poco... el tema (o el punto es) hasta dónde lo permitiremos? asusta creer q es posible (y muy) que lo veamos cuando haya que voltear la cara y decir ¿cómo llegamos aquí? mala época de transición :(

monled dijo...

Y sí, mi estimado. Desde lejos se ha de ver horriblemente más preocupanta, con el efecto mirador. Lo más escalofriante es que la gente apoya estas medidas, y es la abrumadora mayoría. Somos pocos a los que se nos pone la carne de gallina al el estado de sitio que hemos permitido que se construya a nuestro alrededor. Ahora más que nunca pienso en aquella analogía de la rana que está dentro del cazo y la van cocinando poco a poco. ¡BRR!

Mariano F dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mariano F dijo...

Pues tendremos que saltar antes que el agua este hirviendo!!! que ya casi esta a punto..! ¿no? ¿De verdad no hay más voces que se opongan?, ¿ningún grupo o asociación?, antes de llegar al punto de voltear la cara asustados, se puede hacer algo, digo yo.

Blanca dijo...

Como una experiencia que me sacó un susto hace dos noches, hice parada en un depósito antes de llegar a casa. Había varios autos estacionados, bajé y al entrar al depósito un tipo (que no conozco) me dice (no sé qué)... por lo que ví, el individuo no coordinaba bien boca, mente, gestos y pasos. En ese momento me aborda un policía: ¿Qué dijo? yo: no sé... policía: ¿vienen juntos? yo: NO policía: ¿Qué auto trae? yo: describo mi choche.... me dió miedo, sentí que si me quedaba un minuto más me vincularían con el tipo ebrio que entró al estante. Salí y emprendí la marcha.